Una dramática situación comenzaron a vivir los habitantes de la vereda Caimital en el municipio de Malambo, como consecuencia de la creciente del Río Magdalena que ya comenzaron a sentir con gran rigor.

Los campesinos se encuentran preocupados y sin esperanzas debido a que la creciente del Río Magdalena comenzó a inundar sus cultivos, básicamente de plátano, yuca, maíz y hortalizas.

Iván Escorcia, auxiliar de la Oficina de Gestión de Riesgo Municipal confirmó que el río está creciendo de manera alarmante y se encuentra a 40 centímetros de alcanzar el nivel la superficie.

Concretamente, la situación se presenta en la trocha que conduce del sector El Espinal hasta la ribera del río, lo que ha obligado al cierre de las compuertas y a la incomunicación del tramo Cabica - Caimital.

Situación similar afrontaron los campesinos de la zona en el año 2010 cuando se produjo la ruptura del carreteable del Canal del Dique, en el sur del Atlántico, siendo Gobernador el actual mandatario Eduardo Verano De la Rosa, arrasando con todos los cultivos y generando grandes pérdidas económicas.

El hecho es que la creciente del río aumenta el caudal en la Ciénaga de Mesolandia y el caño Manatí y, como consecuencia de ello, se presenta el desbordamiento hacia las áreas cultivadas.

Propietarios de la zona han propuesto, como alternativa de solución la construcción de muros de contención, como se intentó en aquella oportunidad. Para ello, ante Cormagdalena fue presentado un proyecto para tal fin, pero, inexplicablemente, esta corporación no lo ha considerado “viable”.

Además de los cultivos, los campesinos y propietarios de la zona han tenido que reubicar a los animales, “que ahora se encuentran encerrados y espantados”.

Hasta el momento, por lo menos quince familias se encuentran afectadas, perdiendo, paulatinamente, sus cultivos.

A lo anterior se suma el hecho que la erosión puede ocasionar un problema de gran magnitud en las fincas de esta zona rural del municipio de Malambo, razón por la cual la Alcaldía anunció el inicio de un censo de las personas afectadas con el fin de solicitar ayuda ante la Secretaría de Desarrollo del Atlántico, con la esperanza que no ocurra lo de 2010, cuando los apoyos brillaron por su demora. O su ausencia.